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Vamos por una Colombia Humana: Petro


Durante su visita a Armenia el pasado 3 de noviembre, el aspirante a la presidencia de la república y puntero en las encuestas, Gustavo Petro Urrego, cumplió una completa agenda que inició a las 8 a.m. con una conferencia de prensa en el hotel Café Real, siguió con una disertación académica en la universidad del Quindío, posteriormente almorzó con dirigentes sociales, políticos y empresarios, concedió una entrevista exclusiva a la alianza informativa periódico Generación 100-Canal 22 de Quimbaya y terminó su jornada en el municipio de La Tebaida, donde habló en el recinto del Concejo Municipal.

A continuación reproducimos la entrevista completa que nos concedió.

Doctor Gustavo Petro bienvenido al Quindío y gracias por concedernos esta entrevista.

Gracias, muy amable. Un saludo a toda su audiencia.

¿Cuál es la propuesta de la Colombia Humana para los quindianos?

Básicamente es enmarcar las actividades que hoy son productivas en el Quindío: café, turismo, servicios ligados a estas actividades y diferentes ramas de la agricultura y la industria; en un contexto de protección. Me propongo sacar la economía nacional de este estado agónico al que le han llevado la explotación de carbón y petróleo, y pasar a una economía productiva.


Carbón y petróleo significan extraer, en cambio, producir, es lo que nos permite incluir en puestos de trabajo a la mayoría de la población, y eso significa agricultura e industria, pero en un nuevo contexto, que es el del siglo 21.


Es mi gran preocupación aquí en el Quindío. La caficultura, la actividad turística y productora de alimentos y su industrialización, los servicios que se articulan a ello, tienen que inscribirse en la nueva economía mundial, que nos es la que nos está vendiendo la prensa, no es la que está afincada en energías que usan el petróleo y el carbón. La nueva economía es diferente. Y vamos a ponerla en términos claves para el Quindío: si Colombia Humana gana las elecciones presidenciales, va a construir y fortalecer la economía cafetera, turística y alimenticia de la zona, a partir del saber. Saber significa la extensión pública de la educación, que tiene que ser gratuita, para el conjunto de la juventud del Quindío.


Muchos temas de violencia y de inseguridad ciudadana, de conflictividad, están ligados a la exclusión que de la juventud se ha hecho en Colombia, precisamente por un modelo que no necesita del saber, que es el del carbón y el petróleo. La exclusión de la juventud del saber, del arte, de la cultura. La parte prioritaria del presupuesto nacional, tiene que dedicarse, en todo el país, a financiar la educación (mi cálculo es que hay que elevar de 33 a 50 billones de pesos el presupuesto de educación) en la perspectiva de incluir a la juventud colombiana en la educación superior pública y gratuita. No al 10% que saca las mejores pruebas del examen, no, a toda la juventud. Y en la fase inicial de ese proceso educativo que es la primera infancia, el más importante. Colombia tiene que cuidar a sus niños.


¿Por qué la educación se nos vuelve tan clave hoy? ¿Por qué tiene que ser la prioridad, al lado de la salud, de la cual hay que cambiar el modelo? Porque la nueva economía, la que se tiene que aplicar al café, al turismo, a la confección, a la producción de alimentos, a la industrialización, es intensiva en educación y saberes. Y lo es por la siguiente circunstancia, porque las energías tienen que variar para que la humanidad pueda seguir viviendo.


Las energías provenientes del petróleo y carbón están usando nuestra agua para poder sacar los cunchos. Hay que pasar a las energías limpias, rápidamente. Las energías limpias provienen del agua y del sol.


Lo que me propongo es que las fincas cafeteras, los barrios populares, las edificaciones, puedan cambiar sus techos por paneles solares. Lograr que cada familia pueda generar energía eléctrica, lo cual permite reducir sus costos (casi cero) Nos permite una distribución en red, con la colaboración de millones de colombianos, y unas redes eléctricas que tienen que ser inteligentes, es decir que también transmiten datos; o sea la ligazón al internet y a la red por parte de los productores de café, de las empresas turísticas, de los pequeños talleres de confecciones, de cada residencia urbana o rural en departamento. ¿Eso para qué? Porque es así, con generación de energía eléctrica barata, con crédito de banca pública, con saberes extendidos al conjunto de la juventud, con una priorización en la producción de alimentos, café, turismo y servicios, como podríamos lograr que la mayor parte de la población del Quindío pueda tener una actividad productiva, colaboradora, de mucha gente, y por tanto elevar los niveles de prosperidad de la región.


Hablando de otro tema que usted tocó en la conferencia de la universidad del Quindío. Usted está encabezando hoy todas las encuestas de preferencia electoral de los colombianos a nivel nacional y en Bogotá.

¿Lo que se hizo durante su alcaldía, en la Bogotá Humana, tiene replicabilidad nacional? ¿Es eso, lo que los bogotanos y colombianos están viendo en usted para tenerlo hoy como el candidato favorito para llegar a la presidencia de la república?


En parte, obviamente, porque Bogotá no es lo mismo que el Quindío, y no es transferible, digamos. Son realidades diferentes. Pero hay cosas que sí. Nosotros logramos reducir en cuatro años la pobreza a la tercera parte. Eso no se ha hecho en la historia de Colombia. Ninguna región ha podido lograr unas reducciones tan sustanciales de la pobreza como la que nosotros logramos, y se hizo con base en una serie de políticas, algunas de las cuales se pueden nacionalizar: una, la educación que ya comentaba, otra, la de la salud.


Todos los indicadores de mortalidad y morbilidad de la ciudad de Bogotá bajaron sustancialmente. La mortalidad infantil que en Colombia está en 17 de cada mil niños nacidos vivos, que mueren antes del primer año, en Bogotá la dejamos en 8. La mortalidad perinatal bajó, la mortalidad materna bajó, los indicadores de morbilidad y enfermedades respiratoria aguda, bajaron. ¿Qué fue lo que provocó eso? Una salida de la Ley 100 hasta donde podíamos. Un cambio en el modelo de salud. En lugar de priorizar la curación, nosotros priorizamos la prevención. Financiamos con el presupuesto del Estado, del Distrito, la prevención. ¿A partir de qué? De subdividir el territorio en una especie de distritos de salud de aproximadamente 800 familias cada uno, más o menos lo que hoy es un barrio; y tener en cada uno de estos distritos un médico pagado por el Estado, un médico y cuatro enfermeros u enfermeras. En total fueron mil distritos de salud, es decir logramos llegar a 800 mil familias, las de menos recursos económicos y durante tres años, una y otra vez, estos equipos visitaban, cuidaban, trataban de lograr que en los hogares no apareciera la enfermedad. Prevenirla. ¿Que provoca esto? Pues toda la caída de los niveles de mortalidad y morbilidad. Llegamos al punto que ningún niño en Bogotá Humana murió de hambre. Y abarata la fase curativa de las personas que se enferman, porque son menos, porque se congestionan menos los hospitales, porque los hospitales pueden tener un respiro financiero. De hecho la red pública hospitalaria no tuvo déficit.


Si este programa lo expandimos a nivel nacional. Algo más complejo (yo he calculado 14 mil distritos de salud en todo el país, algunos de difícil acceso) y en cada distrito, un equipo de salud, lo cual nos pondría en la búsqueda de 14 mil médicos colombianos, dispuestos a ir a las casas de las personas, no a esperar que el paciente le llegue al consultorio, y cuarenta mil enfermeras, distribuidas en todo el territorio nacional, estoy absolutamente convencido de que este esquema de atención y prevención, disminuiría sustancialmente la enfermedad y la mortalidad en Colombia. Sobre todo la mortalidad infantil.


Y nos abarataría los costos curativos, donde tenemos que entrar a una reforma. La red pública hospitalaria nacional, tiene que ser financiada por el Estado y no por las EPS. Quitarle los hospitales públicos a la contratación de las EPS, para que el Estado financiando presupuestalmente pueda elevar la tecnología de los hospitales.

Con estas dos pinzas: un modelo de salud público preventivo, estatal, en el hogar, y una red pública independizada de las EPS, de alta tecnología; lo cual significa que las EPS reducen espacio de mercado, podemos mejorar sustancialmente la salud en Colombia. Esta es nuestra experiencia en la Bogotá Humana, que se puede volver nacional en términos más complejos y que junto a la reforma educativa, nos podría llevar hacia lo que yo llamo una nueva economía, de energías limpias y de cerebros conectados en red.


Ya para terminar doctor Petro, ¿Qué decirle a los quindianos de toda la persecución de la ha sido objeto por parte de poderes que obviamente tienen otros intereses, y que tratan por todos los medios de impedir que usted pueda ser candidato o que llegue a ser presidente?

Pues esto muestra que las propuestas que estamos haciendo, de reformas que son viables, posibles y que benefician es a toda la población colombiana, pisa cayos. Si hablamos de un cambio del sistema pensional por uno que yo propongo a base de pilares y no los fondos privados de pensiones, pues los dueños de los bancos: Bancolombia banco de Bogotá, que son los dueños de los principales fondos privados de pensiones del país, que no dan pensión, se quedan con la plata, juegan con la plata, pero no dan pensión, pues no les va a gustar mi propuesta.


Hay a quien no le va a gustar un programa de energías limpias en la casa, porque si generamos en cada hogar, ¿Qué pasa con el mercado de la energía? Pues el precio de la energía baja por la oferta de energías limpias y los grandes generadores de energía privados, que están en este país gozando de altos costos de energía eléctrica en Colombia, se tienen que ir, no les va a gustar esa reforma.


Lo mismo en el sector de la agricultura. Si lo que queremos es producir alimentos, porque estamos dejando la tierra fértil en manos de unos mafiosos, no. Entonces se oponen, tienen sus fuerzas políticas, buscan, porque les da miedo que crezcamos electoralmente como se está demostrando en las encuestas, que una era de paz se pueda instituir en Colombia, pero sobre la base de una equidad, de una producción democrática, de una libre iniciativa privada, pero no de los grandes capitales, sino del de la señora del hogar, del tendero, del joven, del afro, de las redes que se empiezan a crear, del cafetero; de una economía popular que perfectamente puede crecer, progresar, generar ingresos, y riqueza, pero a partir de la nueva economía: energías limpias, generadas en el hogar, en el edificio, en la casa, en la finca; redes inteligentes y redes informáticas. Todo eso junto, impulsando una economía popular, salta los niveles de producción de riqueza en Colombia. Y entonces no les gusta. Por eso buscan que no ganemos.


Mil gracias doctor Gustavo Petro.

Podríamos seguir conversando sobre otros temas de su propuesta, pero entendemos sus compromisos y lo ajustado de su agenda.

Quedan plasmados algunos aspectos de la propuesta de uno de los hombres más brillantes de la política colombiana, aspirante a la presidencia de la república y que mantienen la favorabilidad en las encuestas que realizan, no precisamente los medios alternativos, sino los grandes medios de comunicación, que son los que precisamente están manejados por los grandes conglomerados económicos; cosa que debe preocuparles a muchos sectores del poder. Esperamos volverlo a tener en el Quindío y obviamente en esta alianza informativa del periódico Generación 100 y el Canal 22 de Quimbaya.


Cambiar el modelo económico es un asunto de supervivencia humana.


Respuestas entregadas durante la rueda de prensa realizada en el hotel Café Real.


“El debate hoy no es entre izquierdas y derechas, es entre quienes defendemos la vida y los que promueven la política de la muerte”: Petro.


“El cambio climático es una realidad. Nosotros debemos replantear nuestra relación con la naturaleza. Debemos reconocer con humildad que no la dominamos, que es ella quien nos domina. Debemos separarnos del carbón y del petróleo e incursionar en las nuevas energías, las energías limpias. Es un asunto de supervivencia”


Durante la rueda de prensa el exalcalde de Bogotá explicó su visión y propuestas sobre temas como la inseguridad ciudadana, modelo de educación, crisis de la salud y cambio climático, entre otros.

Explicó por ejemplo por qué la encarcelación como modelo represivo para atacar la delincuencia juvenil urbana, que se concentra principalmente en las grandes ciudades a través del hurto de celulares y que es el rey de los delitos hoy en Colombia, dada la disminución significativa de los homicidios como efecto positivo del proceso de paz, ha fracasado estruendosamente, por ser un modelo populista que no ataca las causas que lo generan. “El delito de hurto de celulares y otros, es una expresión de discriminaciones sociales, cuyo origen está en la exclusión de la juventud popular en las grandes ciudades, por tanto, como lo demostramos en la Bogotá Humana en el último año de gobierno, fue a través de políticas sociales que garanticen la inclusión de los jóvenes en situación de delincuencia, como logramos reducir en un 33% el hurto de celulares y otros".


Haciendo una retrospectiva de las contradicciones que aún gravitan en la zona cafetera, se preguntó ¿por qué el Quindío es una de las cunas de la violencia contemporánea en Colombia? ¿Por qué algunos ciudadanos de esta región vieron en las armas una posibilidad de solución? Recordando el origen de Manuel Marulanda Vélez (Tirofijo), quien era del municipio de Génova, entre otros.


“El viejo Caldas nos dio el escenario de lo que ha sido una violencia de 60 años que pareciera terminar. Personas ligadas a la vieja violencia del siglo XX y a las violencias contemporáneas, del paramilitarismo, de lo que denominó ‘las bandas de pillaje ligadas a la clase política tradicional’. El café está allí como uno de los objetivos del pillaje desde la década del 40, por tanto el café está ligado a la historia de la paz y de la violencia en Colombia”.


Recordó que si bien el café fue nuestro articulador fundamental con el mundo, sus propietarios y cultivadores nunca fueron grandes terratenientes. Fue precisamente por ser nuestra riqueza, por lo cual se produjo la violencia. Es decir, el éxito cafetero atrajo la violencia a la región. Hoy el café dejó de ser nuestro articulador con el mundo. Vino una crisis que fue por motivos políticos y fue por decisiones políticas. Presidentes que se eligieron con el soporte del mundo cafetero, lo que construyeron fue la destrucción del mundo cafetero.


Acusó a los gobiernos de Pastrana, Uribe y Santos, (de los últimos 25 años) de quienes dijo que, habiendo sido elegidos con los votos de la mayoría de los cafeteros, lo que hicieron fue destruir el mundo del café. Lo hicieron a partir de un cambio del modelo económico, sustituyendo el viejo modelo (agropecuario) por un modelo de extracción de carbón y petróleo, con uso intensivo de agua. Mientras el café, la agricultura y la agro-industrialización hizo crecer ciudades como Armenia, Pereira y Manizales y más Medellín, e Ibagué, y producía grandes cantidades de puestos de trabajo; el mundo económico de la extracción –Carbón, petróleo y en el fondo cocaína- en estos últimos 25 años, no produjo puestos de trabajo. Es un mundo de dineros fáciles. Gracias a sus altos precios internacionales, nuestra sociedad se fue acostumbrando a una especie de repartija de rentas de dineros fáciles. De ahí el estallido de la corrupción política. Pero tal modelo de dineros fáciles, nos trajo el derrumbe de los puestos de trabajo y del trabajo asalariado en todo el país.


Dijo que ese modelo económico de extracción del carbón y el petróleo llegó a su final. Que al igual que la economía cafetera hizo crisis y fue sustituida por una economía carbonera y petrolera, ésta llegó a su final y explica una enorme crisis ética, social, económica, de puestos de trabajo, de productividad en el mundo y que el cambio climático es su expresión. Afirmó que tal crisis se cierne sobre Colombia, precisamente en el momento en que estamos discutiendo si salimos definitivamente de la violencia que se originó hace 60 años, en este lugar. Cuando estamos discutiendo si es posible una era de paz. He ahí la importancia del debate electoral que estamos viviendo, de las candidaturas presidenciales y de la definición que va a venir en mayo. Colombia está en la encrucijada de si retorna a niveles superiores de violencia o construye una era de paz, cuando su modelo económico fundamental en el mundo y en Colombia muere (el modelo carbonero y petrolífero).


Ante tan realista panorama lanzó sus propuestas y alternativas de solución. El Cambio climático en el mundo, la agonía del petróleo y el carbón, la caída de su precio internacional y por tanto el derrumbe de las economías colombiana, venezolana, argelina, del medio oriente, de los países Árabes etc., nos muestran la aparición de algo nuevo: Separarse del carbón y del petróleo. Implica nuevas energías. Una nueva concepción de la energía productiva en el mundo. La energía eléctrica tiene como fuente hoy el carbón y el petróleo en el mundo. Separarse de esas fuentes nos lleva al agua, al sol, al viento y al centro de la tierra. Energías limpias.


Recalcó que Colombia tiene experiencias de producción de energía basadas en el agua, pero no la tiene, basadas en el sol. Este mundo nuevo, basado en energías basadas en el sol, limpias, que aparece en el mundo cada vez con más fuerza ¿qué efecto podría tener en la región cafetera y en el café, en la riqueza de la región, en la inclusión de la juventud y la posibilidad de una era de paz? es el tema que quiero debatir con la sociedad, con los medios de comunicación. Una nueva perspectiva que debería estar siendo debatida por las fuerzas sociales y políticas de la región.

El sol es donde tenemos mayores ventajas comparativas y prácticamente no lo estamos utilizando. Transformar la energía solar en energía eléctrica hoy es tecnológicamente posible, a través de los paneles o celdas solares. Sus costos han caído sustancialmente en los últimos años.


Hoy la energía solar es más barata que la sustentada en el petróleo y el carbón. Y tiene una modalidad que es la que me parece pertinente. No se necesita concentraciones de capital enorme para generar energía, como las hidroeléctricas o las termoeléctricas, sino que cada hogar puede producir energía solar. Si un programa de transformación de techos, hoy venenosos por su contenido de asbesto, es reemplazado por paneles solares en todos los hogares de Colombia y sobre todo donde más radiación solar hay, millones de hogares colombianos pueden generar energía solar, cambiando completamente el panorama de la generación de energía. Millones de colombianos generando energía, significa que el costo de la energía se vuelve casi cero. Es decir, el mercado de la energía cambia sustancialmente. Si el costo de la energía se vuelve casi cero, habrá unas nuevas condiciones de agricultura, de producción, de transporte urbano, de urbanismo, de industria, de producción de servicios en el mundo y puede ser en Colombia. Eso es lo que se ha denominado la “Tercera revolución industrial”. ¿En qué consiste? En que si hay millones de generadores de energía limpia, distribuidas en redes, las podemos articular a las nuevas formas de conexión de comunicación informática en red.


El mundo del café tendría otra oportunidad. La energía limpia, barata, generada democráticamente, y las redes informáticas, nos pueden traer una nueva expansión en riqueza a través del café e industrialización en la región cafetera, y por tanto decenas de miles de puestos de trabajo, fundamentalmente juveniles y femeninos, y en consecuencia una nueva expansión en la región.


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