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El ejemplo de Pijao. ¿Quién sigue?

Un gran ejemplo nos ha dado el pueblo de Pijao con el triunfo en la consulta popular sobre mega minería, del pasado 9 de julio.

A pesar de lo obvio que resulta la defensa del territorio, el agua, el medio ambiente, la bio-diversidad, la vocación agrícola y la soberanía alimentaria, este no fue un proceso fácil; fue un proceso lleno de complejidades de todo tipo.

Por una parte las objetivas, las que surgen de la propia confrontación con los grandes intereses económicos privados y públicos que, con ropaje de ’minería verde’, ’minería sustentable’ o locomotora minera, se atrincheran en las oficinas de las multinacionales, los ministerios, las agencias y hasta los tribunales, en una manguala macabra de avivatos y burócratas de todos los pelambres. Fue nada más ni nada menos ese poder el que derrotaron los pijaenses.

Del comité ambiental que se conformó para liderar el proceso, hicieron parte la alcaldía municipal, la personería, el concejo, las organizaciones ambientalistas y de jóvenes, entre muchos otros apoyos. Su tarea fue paciente, perseverante, ardua y efectiva. Supo interpretar los peligros que se cernían a partir del otorgamiento de las licencias para explotación de minería metálica en su terruño, buscó asesoría jurídica en la organización Dejusticia, uso todos los recursos legales posibles (tutelas, apelaciones, cabildos etc.) hasta lograr que la Corte Constitucional en esa sentencia histórica (la T-445 de 2016) pusiera las cosas en su lugar y permitiera la realización de la consulta, que terminó con el triunfo del No a la explotación de minería metálica en el municipio.

Pero vale la pena hablar de las complejidades subjetivas, las que subyacen intrínsecamente, pues sin superarlas hubiera sido sencillamente imposible el triunfo. Como decían nuestros viejos: “el diablo está en los detalles”

Primero la unidad. Pese a la justeza de la causa, unir un comité, por encima de diferencias políticas, intereses económicos, o protagonismos, resulta tan complejo aquí que en Bogotá. Es un asunto clave, pero espinoso, que requiere de todo el tacto político.

Pero mucho más complejo es unir a la población y lograr moverla a la acción, al voto. Se requiere un trabajo menudo de pedagogía con los habitantes urbanos y rurales, superar carencias económicas, logísticas y de tiempo, es quizás el mayor reto a superar, si se tiene en cuenta que las elecciones se realizaron en un calendario atípico, que los políticos no estaban ahí con las tulas de dinero para comprar los votos como de costumbre y donde el único interés era la defensa del territorio y el medio ambiente.

En Pijao el potencial de personas aptas para votar era de 6073, y votaron 2673, es decir, una abstención del 66% que basto para superar el umbral y convalidar el triunfo del No.

Esos resultados reflejan que el asunto no es nada sencillo, a pesar de lo obvio que parece. Pero son esas realidades las que hacen más meritorio y ejemplar el triunfo de los pijaenses. El camino está trazado. Listo para que los demás municipios demos el paso. ¿Quién sigue?

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