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Entrevista a Fabio Olmedo Palacio Valencia


Fabio Olmedo Palacio V.

Saludo especial doctor Fabio Olmedo. Bienvenido a este primer programa de la alianza informativa del periódico Generación 100- Canal 22. Hoy desde esta hermosa fonda Tinto y Guaro en nuestra emblemática vereda La soledad del municipio de Quimbaya.


Buenos días Fernando. A Generación 100 y al canal 22, muchas gracias por esta oportunidad. Muy contento de estar no solo en el Canal 22 sino en Generación 100. Que vale la pena decirlo, hay que apoyar ese periódico. Por su formato, por su diagramación, la forma como se está haciendo. Yo pienso que le hacía mucha falta al municipio que nos metiéramos en esto, son proyectos complejos, pero precisamente los quimbayunos nos tenemos que meter en proyectos grandes, en retos grandes que impliquen un esfuerzo adicional. Estoy muy contento de estar con ustedes en este sitio de vereda emblemático de mi municipio.


Gracias por sus apreciaciones respecto del periódico.

Estudiando su perfil encontramos que usted tiene una hoja de vida excepcional. Pero es muy notorio ver a lo largo de su carrera la huella de su paso por la Cámara Junior, institución en la que ha ocupado varios cargos: asistente de presidencia mundial, presidente del Consejo Americano de desarrollo (CAD) etc. ¿Usted todavía está activo dentro de la organización de cámara Junior?


La Cámara Junior (CJ) para mí ha sido mi vida. Marcó un hito en mi existencia desde lo profesional, personal y espiritual. Se dice que es la organización más grande de líderes del mundo. Esa es su filosofía. Los Junior pensamos que es formando y capacitando una persona, como se causa un impacto positivo en su entorno. Yo comencé en el capítulo Quimbaya, cuando existía. Desafortunadamente luego por algunas circunstancias que tienen todas estas ONG's, terminó por fuera el Capítulo. Yo seguí en el Capítulo Quindío, ocupé todos los cargos nacionales, hasta presidente nacional, en un momento esplendoroso de la organización. Luego fui vicepresidente internacional y asistente del presidente mundial -un japonés con el que estuve en muchas partes del mundo- Aprendí mucho de ellos, y luego estuve como presidente del Consejo Americano de Desarrollo que abarca desde Canadá hasta Chile. Eso por supuesto me formó.

Nosotros tenemos que hacer todos, unos ejercicios para poder seguir teniendo permanencia en la organización. Me capacité en Glasgow (Escocia) como capacitador internacional. Para mí ha significado mucho. Hay algunos que pasamos a un estadio superior en el que uno tiene que concursar, capacitarse internacionalmente, y la organización le da la posibilidad de llegar al Senado de la organización. Yo soy Senador de CJ. Por supuesto a nivel nacional e internacional nos consultan, nos llaman, por ejemplo al programa de Toyp (los 10 mejores ejecutivos de Colombia o del mundo), nos llaman a veces como jurados, y cuando tengo la oportunidad de viajar por mi ejercicio profesional, lo que hago es comunicarme con muchos Junior del mundo y usualmente tenemos una mano en el país donde llegue.


Entonces es toda una militancia en el tema de liderazgo. Lo vemos permanentemente haciendo actividades que fomentan el liderazgo, apoyando a las personas y organizaciones que están surgiendo y a sus proyectos.

Pero háblenos de su paso por la Organización Iberoamericana de Seguridad Social. Usted es un abogado de la U. La Gran Colombia, se ha especializado en seguridad social y se ha desempeñado en ese campo ¿Qué significo su paso como miembro becario de la OISS?


Tuve la oportunidad de ser viceministro de trabajo y seguridad Social. Por supuesto me acerque mucho al tema de seguridad social. Además en el gobierno de Andrés Pastrana me brindaron muchas posibilidades.

Recuerdo que alguna vez salió una nota en El Tiempo, porque a mí me encargaban, cada que surgía un problema, por instrucción del presidente. Entonces decían que yo era el súper viceministro. “No sabemos si es porque el presidente lo detesta, o lo quiere mucho” me decían. Me encargaban de todos los chicharrones. Entonces tuve la posibilidad de estar como ministro de salud (encargado), como ministro de trabajo (encargado), como Superintendente de subsidio (encargado), estuve en Ecosalud (encargado). Organizando las casas por situaciones que se presentaron en ese momento.

Pero la seguridad social por supuesto me tocó de frente, porque era el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Tal como funcionaba en ese momento. En este ejercicio me especialicé en la Universidad Agustiniana de Bogotá en Seguridad Social y luego tuve la oportunidad de una beca de la OISS (Organización Iberoamericana de Seguridad Social) para estudiar en la Universidad Alcalá de Henares (España) e hice una especialización en Sistemas de Seguridad Social en el mundo. Entonces pude estudiar muy bien todo estos temas, como la Ley 100 en Colombia que, entre otras cosas, allá fue donde vine a descubrir que a nosotros siempre nos vendieron el tema de que era un modelo chileno, y resulta que no. A nosotros nos aplicaron un modelo Holandés. Lo cogieron tal como funcionaba en Holanda y nos lo pusieron en Colombia. Y por supuesto las condiciones de Holanda y de Colombia son muy diferentes. Ahí uno ve toda la crisis que hay en el sistema de salud colombiano y de seguridad social. Ahí es donde uno entiende de dónde viene todo este problema.


Retomando el tema de Cámara Junior, los quimbayunos recordarán que fue una de las ONG que participó en el proceso de reconstrucción luego del terremoto de 1999. Es más, fue

la que lideró la reconstrucción en el municipio de Quimbaya. Usted era viceministro de trabajo en ese momento. Todo ese proceso de la reconstrucción hoy se ve reflejado. Tenemos la ciudadela El Sueño, el sector más grande y poblado hoy del municipio ¿cómo fue esa experiencia de la reconstrucción? ¿Hasta dónde pudo desde su posición, contribuir para que la reconstrucción en Quimbaya tuviera el alcance que tuvo?


La incidencia fue alta dentro de muchos sectores. No solo en el tema de la reconstrucción. Y permítame poner el contexto: primero el modelo FOREC, como se estableció, era un modelo que descentralizaba su ejercicio a través de unas ONG’s. Ellos hacían un proceso de licitación pública para decidir donde aplicaban algunas ONG’s, y dentro de esas licitaciones, en el caso de la Cámara Junior en particular que tiene una relación conmigo -la organización como tal, no como persona- se ganaron la licitación aquí en Quimbaya. Alguien inclusive a veces en estos temas políticos, empezó a crear historias urbanas y dijo que yo fui el que trajo la CJ aquí ha hacer el ejercicio.

Yo sé que la CJ aquí hizo cosas muy buenas, y sé que también tuvieron defectos. Lo que uno esperaría es que se hubiera hecho una investigación, no solo aquí, sino en todo el departamento, sobre en qué falló el modelo FOREC vía ONG's. En el caso de Quimbaya yo no conozco investigaciones o sanciones contra esta organización o las personas que ejecutaron el proceso.

Estaba como alcalde Carlos Restrepo a quien le tengo un gran aprecio. Sé que es un hombre honesto. Pienso que es un icono en el municipio. Tuve la oportunidad de estar con él como concejal, cuando hacía mis primeros pinitos en Quimbaya, y yo pienso que Carlos manejó con honestidad el proceso del terremoto. Ahí tuvimos una gran oportunidad, y por eso digo que la incidencia es alta.

Desafortunadamente las tragedias se miden en muertos y en el caso de Quimbaya hubo uno (1), frente a 1500 personas que se nos fueron. Heridos, mutilados, edificios caídos, toda esa tragedia que nos marcó para toda la vida a los quindianos. Cuando fuimos a mirar qué posibilidades tenía el municipio, pues lo primero que nos decían en las mesas de trabajo, tanto en Bogotá, como en Armenia, es que Quimbaya no necesitaba nada, porque solo había fallecido una persona, y fue por infarto, creo. Entonces ahí tuvimos que hacer hasta alcaldadas. Empezamos a hacer un trabajo. Nos trajimos al presidente de la república aquí, hicimos un trabajo con todos los concejales, sin distinción, con el alcalde, y logramos que al municipio le compraran lote. Entre otras cosas fue al primer municipio que le compraron lote. Donde hoy está la ciudadela.

No nos podían comprar ese lote porque nosotros teníamos un muerto. Así de triste y cruda era la realidad, y logramos comprarlo. ¿Qué se hizo con ese lote? Que es lo que mucha gente no ve ahora. Por estos días hemos visto por televisión como el invierno que ha arreciado se llevó unas casitas en el Tolima, lo del Putumayo, en el Valle, en otras partes. Pues aquí en Quimbaya no ha pasado eso, por una razón clara: porque lo que hicimos fue dedicarnos a reubicar las familias que estaban en las laderas, en zonas de alto riesgo; porque desafortunadamente algunos políticos de la época pensaba que las casas que había que darle a la gente de escasos recursos, había que dárselas en las laderas. Y aquí acuérdese que hubo una tragedia en el barrio San Vicente, donde hubo 25 muertos en un deslizamiento de viviendas que estaban en laderas.

Reubicamos la gente de estas zonas, pero no nos quedamos en eso. Yo estaba coincidencialmente de superintendente de subsidio encargado y logramos organizar todas las cajas del país. Rrecogimos, en su momento, 6.500 millones de pesos entre todas las cajas y logramos hacer 5.000 viviendas en todo el departamento, dentro de esas, en Quimbaya quedó el barrio Focafé, que está al lado de la ciudadela. Esas viviendas fueron con plata de la supersubsidios y las entregamos llave en mano, ya terminadas, no les tocó pagar un solo peso.

Pero ahí tampoco nos quedamos. Como yo era el presidente del consejo directivo del SENA, logramos que nos abrieran 35 becas para muchachos del Quindío, dentro de esos, 15 de Quimbaya, y nos los llevamos a estudiar avionautica en Barranquilla con todos los gastos pagos durante 2 años. De esos queda una persona muy interesante (hijo de don Mario Ossa) que es piloto comercial de LAM, que ha volado el mundo y ahora está en Colombia.

Es decir, en el proceso de reconstrucción, por haber estado en el ministerio, el presidente me dio la posibilidad de moverme mucho y dentro de eso no solo tocamos el resto del departamento, sino por supuesto mi municipio.


Pero obviamente también hubo falencias como usted lo reconoce. Yo viví de cerca el proceso desde la otra orilla, y pasados 18 años ya del terremoto quiero preguntarle por el tema social. Personalmente mantengo la frustración con el tema social porque se supo que fueron muchos los recursos que el gobierno nacional dispuso para el tejido social que fue manejado por las ONG´s. Hoy uno ve el panorama social del Quindío y le surge esta pregunta: ¿Qué quedó, qué pervive hoy de la cantidad de proyectos y procesos que se financiaron con recursos de la reconstrucción? Me quedó la sensación de que esa plática se perdió. Se invirtieron muchos millones en el tema social pero no quedaron proyectos significativos que uno pueda decir: este proyecto social surgió en la reconstrucción y fue financiado totalmente con recursos de la reconstrucción ¿qué dice al respecto?

El modelo FOREC ha sido un modelo que Colombia lo ha exportado. En el terremoto de Turquía que fue tan devastador -más de 25.000 muertos- se exportó. A muchas partes, el Banco Mundial, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) han llevado personas que estuvieron a cargo de implementarlo. Es más, en este momento con lo que ocurrió en Perú donde unas avalanchas sepultaron físicamente municipios y corregimientos enteros, hay 3 personas del Quindío a cargo de la reconstrucción, porque estuvieron en el modelo FOREC. Pensar que eso fue perfecto, no creo. En eso tengo la misma sensación tuya. Yo no sé hasta dónde se hayan perdido los recursos. Pienso que el modelo FOREC con todos los errores que hubiera podido tener, porque los hubo, fue un modelo muy bueno.

Cuando uno compara las reconstrucciones –y perdóneme que haga esas comparaciones- de Popayán, Armero, u otras regiones donde hubo tragedias tremendas en el país, frente al modelo FOREC, puede advertir que este es supremamente exitoso. En la parte del tejido social yo pienso que es donde nos quedamos muy cortos. Inclusive cifras como las que tenemos hoy día en el Quindío, y a ellas no escapa Quimbaya desafortunadamente, además de disputarnos hace más de seis años los tres primeros lugares de desempleo, cifras como ser los primeros en suicidio infantil y juvenil, estar en los primeros lugares de consumo de heroína , tener ese tipo de privilegio oscuro y campeonatos oscuros; las raíces están ahí: que no se trabajó el tejido social como se debía.

Nuestros países, tienen recursos limitados -no son pobres, yo no creo en la pobreza de los países, la pobreza está en la mente no solo de las personas sino de los países- pero sí hay recursos limitados. Ahora estamos terminando, gracias a Dios, un proceso de Paz, pero en ese momento estaba afinado todo el conflicto armado a nivel nacional, entonces muchos recursos que debían haberse seguido utilizándose en la reconstrucción del tejido social, en el caso del Quindío que fue el más afectado, desafortunadamente se fueron a otras partes. Si se la robaron algunos, pienso que son los organismos de control los que nos tienen que decir en un momento determinado si eso sucedió o no. Yo no conozco ese tipo de investigaciones hasta donde sé, pero que faltó ahí, faltó.

Desde el ministerio de trabajo a través del Fondo de Riesgos Profesionales, logramos recursos para hacer emprendimiento para manejar el tejido social. Creamos un taller y capacitamos a varios discapacitados, por ocasión del terremoto, para que hicieron un taller de orfebrería que todavía subsiste, está en la Alcaldía Municipal. en estos días me encontré gratamente que estaban exponiendo en una feria artesanal en Armenia toda la joyería que ellos hacen. Eso salió de los recursos para la reconstrucción de ese tejido social. Pero que faltó, definitivamente faltó.


Doctor Fabio entrando ya en el tema político. Usted fue viceministro del gobierno de Andrés Pastrana, era allegado al expresidente ¿Cómo está esa relación hoy de cara a las elecciones del 2018?


Yo tengo una muy buena relación con el expresidente Pastrana. Le tengo un gran cariño y respeto, no solo por haberme dado la oportunidad de lleguar a un cargo tan importante como ese, sino por lo que se hizo en la reconstrucción del Eje Cafetero y especialmente el Quindío. Pienso que lo que el presidente hizo por nosotros, de venirse a atender aquí, de traer sus ministros, de poner toda la fuerza del Estado en la reconstrucción y que tengamos una infraestructura envidiable, que hoy precisamente disfrutan muchos turistas del país y del mundo, es gracias a eso. A uno a veces se le olvida qué es lo que ha pasado hacia atrás.

Yo particularmente tengo una muy buena relación con él. En algunas cosas que produce a nivel nacional, como cualquier expresidente que toca temas y produce cosas a favor y en contra, en algunas, estoy de acuerdo con él y en otras puede que no, pero tengo una muy buena relación con el expresidente Pastrana.


Pero usted acompañó el proceso de paz y el Sí en el plebiscito. El expresidente Pastrana hizo campaña por el NO y ha sido un crítico permanente del proceso. Incluso acaba de anunciar su alianza con Álvaro Uribe para las elecciones presidenciales de 2018. ¿Eso lo distancia de ese proyecto que se está armando?


Para nada. Si uno mira todo lo que ha dicho el expresidente Pastrana frente al proceso desde el comienzo, en algunas cosas se ha retirado de posiciones del presidente Uribe, a pesar que los dos han sido promotores del NO. Yo he estado muy cercano a observar qué es lo que dice el expresidente, y lo que hizo fue muchos reparos, por ejemplo frente a la justicia transicional. Yo veía en unas noticias a unos guerrilleros diciendo: nosotros estamos aquí sentados sin saber que va a pasar. Salimos de la cárcel, nos dieron una amnistía, estamos en una zona de concentración veredal, pero no sabemos dónde quien ir y no nos atrevemos a salir de la zona de concentración porque de pronto nos cogen en la calle y nos vuelven a meter a la cárcel. En eso ha habido improvisación, es innegable. No se han nombrado los magistrados en este momento, que son los que tienen que definir si usted tiene acceso a la justicia transicional o no. Es absurdo. Hay un poco de cosas que son discutibles frente al proceso y uno no puede tapar el sol con las manos.

Lo que ha planteado el expresidente Pastrana frente al proceso es que hay que corregir cosas. Yo le oí una frase a una persona que respeto mucho: el doctor Luis Alfredo Ramos. Decía en estos días: “Hay que construir sobre lo construido”. Otros son más radicales en el tema y dicen: es que hay que hacer trizas el proceso de Paz. Yo no estoy de acuerdo con posiciones tan radicales como esas. Yo diría que hay que construir sobre lo construido.

A mí me decía un militar que es médico especializado y trabaja en el Hospital Militar en Bogotá: Fabio estoy buscando dónde trabajar. Y le dije: ¿Tu no trabajabas en el Hospital Militar? Y me dijo: es que ya no hay trabajo allá. Y le dije: ¿Cómo así? Y me dijo: sí. No tenemos nada que hacer. Hay pisos absolutamente desocupados porque no tenemos ya lo que nos llegaba a diario: mutilados, heridos en combates, en emboscadas. Eso se lo tenemos que agradecer a todo este proceso que se está llevando a cabo.

Fui la semana pasada a dictar una charla en talento humano en el ejército a unos coroneles y demás militares que van en ascenso y simpáticamente ese día debería estar full el escenario pero faltaba más o menos la tercera parte. Cuando pregunté por qué me dijeron: es que están en vacaciones. Y dije: Cómo así si aquí no daban vacaciones, aquí pagaban las vacaciones. Y me dijeron: es que ya se pueden ir a vacaciones.

Esas son realidades que nadie puede ocultar. Eso es lo que ha pasado ahora gracias a todo este proceso de Paz. Pero que hay algunas cosas que corregir, hay que corregir. Y cosas tan profundas como la justicia transicional. Yo no podría pensar que el mismo guerrillero diga: yo estoy aquí esperando a ver dónde quién voy, porque no me han nombrado el magistrado que me debe definir mi situación jurídica. ¡Eso es absurdo! eso no pasa sino aquí. Entonces la gente está esperanzada en un proceso de Paz y no sabe qué hacer. Por eso dentro de los acuerdos estaba que saldrían un poco de guerrilleros de las cárceles y hoy hay más de 2.000 esperando a quién decida qué es lo que se va ha hacer.

Tal como eso, hay también otra serie de situaciones que el pueblo colombiano dice: bueno pero por dios, si yo que me he dedicado a trabajar, que he sido víctima del conflicto de una u otra forma, por los paramilitares o la guerrilla, fui desplazado de mi parcela, no tengo posibilidades de acceder a créditos blandos a través del Banagrario -que es la banca estatal-. En el Banco Agrario lo primero que le dicen a un campesino es que si no tiene bien raíz, dos codeudores, y solvencia para pagar, no le prestan un peso. Pues si un campesino acude a la banca estatal, es precisamente porque no tiene acceso a los créditos en los bancos comerciales. Ese es un tema de inequidad que está creando el proceso y hay que corregirlo.


Bueno pero lo que estamos viendo es que después del plebiscito de octubre el país quedo polarizado, la sociedad colombiana está fracturada. No obstante está claro que ningún colombiano sensato aspiraría hoy a que este país retome el sendero de la guerra, y por el contrario, con todas las observaciones que pueda tener el proceso de Paz, hay quienes persistimos que el proceso siga y que las dificultades no pueden ser el argumento para hacerlo trizas, sino para mejorarlo.

Usted ha estado del lado de proceso, ha estado del lado de la Unidad Nacional y del presidente Santos. Desde esta óptica ¿Usted acompaña el criterio de que el proceso debe continuar?


Yo pienso que hay que construir sobre lo construido. Creo en esa frase. Hay cosas que cambiar, que modificar, pero yo si prefiero un país desarmado a un país armado. Alguien dijo: no pero es que los vamos a tener en el congreso de la República, de guerrilleros a congresistas. Yo prefiero verlos en el congreso haciendo debates muy duros, que verlos en las carreteras de Colombia secuestrando gente. Yo fui víctima de eso. A mí me sacaron del país porque me declararon objetivo militar, por posiciones que tome cuando estábamos en las negociaciones del Caguan. Yo sé lo que es eso, pero también hay que mirar que es lo que piensa el campesino que manda a sus hijos a las cinco de la mañana en el sur de Bolívar, en el Putumayo o en el Cauca a una escuela sin saber si va a regresar o va a regresar sin piernas, porque se encuentra una mina en algún lugar.

Lo que pasa es que para muchas personas es muy cómodo hablar de la guerra porque la ven por televisión, cuando uno la ve por televisión no lo toca. Yo si prefiero ver un proceso organizado -que hay que cambiar cosas, hay que corregirlas- a simplemente parar el proceso de paz y decir: bueno entonces que los señores se vuelvan otra vez para el monte y arranquemos de cero. Pienso que sería un error histórico que no tuviéramos la valentía de entregarle a las nuevas generaciones a nuestros hijos, a nuestros nietos, un país distinto. Yo nací en la guerra y los que estamos aquí y muchos de los que nos verán y leerán, seguramente nacieron en la guerra. Siempre estuvimos marcados por el conflicto. Yo pienso que las próximas generaciones –yo tengo una nieta- se merecen un país diferente.


Doctor Fabio Olmedo el departamento del Quindío.


Se avecinan las elecciones para Cámara y Senado en marzo próximo. Usted tiene una aspiración que ha venido construyendo en varios intentos. Venimos de un proceso que marcará lo que se decida en 2018: las formas de hacer la política en el departamento, tanto desde las toldas de la exgobernadora Sandra Paola Hurtado y su grupo y la que dio como ganador al Padre Carlos Eduardo Osorio Buriticá. Usted es amigo del gobernador, a un año y medio de su mandato ¿Cómo ve hoy al departamento del Quindío desde las formas de hacer la política de estos grupos y lo que vamos a ver en 2018 los quindianos?


Los quindianos estamos por fuera del Senado de la República hace muchos años. Aquí en las elecciones pasadas hubo senadores de afuera que sacaron 33.000 votos, que con eso hubiera salido un senador quindiano. Senadores que fueron publicitados grandemente en las elecciones y que después no los volvimos a ver por aquí. No les merecemos ni un ladrillo. Inclusive hasta los que los publicitaron, simpáticamente están hoy aspirando al Senado. Yo no sé con qué autoridad moral y política lo hacen.

En la Cámara alta que es donde se toman muchas decisiones en el Estado, estamos por fuera del escenario político. Y en la Cámara baja desafortunadamente no existimos. No existimos en Bogotá. Le cuento esta anécdota: una vez fui donde el doctor Géchem, el nuevo director de la Agencia Nacional de infraestructura agropecuaria, a llevarle un documento que produjeron unos amigos de aquí del Quindío que explicaban por qué no deberían cerrar la oficina del antiguo INCODER aquí en Armenia ya que nos pusieron a depender de una oficina en Antioquía. Yo quisiera ver qué campesino nuestro, de Quimbaya, de Génova, de Pijao se va hasta Medellín a resolver sus problemas de lo que pasa con el campo del Eje Cafetero o del Quindío.

Me decía el doctor Géchem: Fabio usted porque no se viene a almorzar con los vicepresidentes para que hablemos del documento, porque me impactó mucho. Y le aclaro no produje el documento, lo hicieron acá unas personas conocedoras del tema. Yo simplemente fui un emisario de ellos. Nos fuimos a mirar todo el documento y dijo: este documento me da la base para volver a abrir las oficinas de Armenia, Pereira y Manizales. Pero me da pena decirle esto: aquí han venido los congresistas del Quindío pero a pedirme barrenderos y otras cosas, pero nadie me dijo por qué cerraba las oficinas. Eso es para mostrarle gráficamente que no existimos en Bogotá, que no contamos en Bogotá. Allá es donde se toman las decisiones, están los recursos, las posibilidades que hay para la región, y uno se tienen que saber mover allá. No tiene por qué tenerle miedo a una ciudad como Bogotá. Ahí está la Agencia de Cooperación Internacional, están las embajadas, está el gobierno nacional. Independientemente que uno esté con el gobierno o no.

Alguien me decía: Fabio yo lo he visto a usted hablando del tema de la Cámara, pero mire, nosotros como representantes a la Cámara no contamos en Bogotá. Y le dije mire, es que los medios de comunicación a uno lo llaman cuando uno tiene cosas para decir; si uno no tiene cosas para decir, no lo llama ningún medio de comunicación. Si uno no tiene nada para decir, no existe.

Entonces en las próximas elecciones la posibilidad está es en las manos del quindiano raso. Que digan quién los debe representar. Es que van a elegir es el representante. Hay que mirar esa palabra en su contexto y decir ¿Quién me va a representar en Bogotá ante los cargos públicos? ¿Quién va a promocionar el departamento?

Y cómo abordar esa campaña cuando sabemos que el modus operandi de la política en el departamento del Quindío es con dinero. Uno ve concejales y líderes en los pueblos esperando que llegue la jornada electoral para ver qué candidato a la cámara o al senado aparece, no para escucharle precisamente las ideas, sino para decirle: “Yo lo acompaño con mí gente por 10, 15, 20 o 30 millones. Ahí es donde las campañas políticas se convierten en verdaderos carteles. ¿Cómo piensa romper esa muralla y convencer a los quindianos que voten por sus propuestas?


Yo estuve como diputado en varios períodos, fui presidente de la Asamblea departamental, estuve como concejal en Quimbaya varios períodos, presidente del concejo y dejé el ejercicio electoral y me fui a estudiar marketing político y gerencié campañas, precisamente porque aquí se volvió esto de tejas, ladrillos, chantaje y plata y jugar con la necesidad de la gente que no tiene un peso, más los vivos que viven de las campañas; porque hay gente que si por ellos fuera, ojalá hubiera campañas todos los días porque viven de eso, eso lo volvieron un negocio. Yo deje eso porque me produce asco eso. No había vuelto a hacer el ejercicio, luego de mi campaña al senado en la que sacamos 36.600 votos y nos faltaron 2.600 para llegar, de los cuales sacamos 23.000 votos en el Quindío, independientes, pero no volví a hacerlo hasta ahora.

En las elecciones pasadas de gobernación, pienso que se rompió eso. Una elecciones donde los cálculos que hay –sin conocer mucho las cifras internas- de la campaña del Padre Carlos Eduardo es que se gastaron entre 900 y 1.000 millones en toda la estructura de la compaña, no comprando votos. Mientras que tengo entendido que la otra campaña llego a costar hasta 18 mil millones de pesos. ¡Eso es un pecado! Porque si yo me gasto 18 mil millones de pesos, 10 mil, o 6 mil, es porque los dineros están saliendo de otros lados. Yo no creo que alguien vaya a sacar 5 mil, 6 mil 10 mil o 18 mil millones de su bolsillo para una campaña política.

Cuando uno mira las elecciones y estudia lo que pasó en esa campaña, el voto de opinión apareció en los rincones más humildes del departamento, la gente dijo: no queremos más de eso, es más muchos, como se dice coloquialmente en nuestros pueblos, se les comieron los dulces y votaron por el otro lado. Yo creo en eso, y es como hago la campaña. Yo no compro votos.

Creo que esto está cambiando. Creo en las ideas, en los proyectos. Llevamos 2 años con un equipo de trabajo, haciendo un ejercicio vereda por vereda, municipio por municipio, barrio por barrio. Hemos hablado con empresarios con dirigentes sindicales, con dirigentes campesinos, con mucha gente y lo que uno siente es que quieren elegir gente distinta en el congreso de la república. A eso le estamos apuntando.

Seguramente van a salir las chequeras. Pero yo creo que esto está cambiando. Aquí va a haber un ejercicio con ideas, con proyectos, pero también van a mirar las ejecutorias de nosotros. Ya la decisión queda en manos del constituyente primario, el ciudadano de a pie, que es quien finalmente dice si quiere cambiar el modelo actual o no, y buscar entonces nuevas opciones, en las que seguramente nos tendrán en cuenta.


A propósito de este tema de la corrupción. En Colombia se han venido destapando ollas muy podridas de corrupción en todos los niveles. Acabamos de ver cómo por orden de la DEA fue capturado con fines de extradición el Fiscal anticorrupción. Una situación que produce un sentimiento de impotencia. Que el jefe del ente investigador más importante del país en la lucha contra la corrupción, sea detenido con las manos en la masa, precisamente por corrupto, y que además se sepa, que la orden de captura no provino del Fiscal General Néstor Humberto Martínez, sino de la DEA. Nos deja muy mal parados en el concierto internacional, nos deja en un ridículo internacional. En Colombia se tapa un escándalo con otro. Salimos de Reficar y lo taparon con Odebrech y este con el de Canal de Isabel II y ahora el del Fiscal anticorrupción.

¿Si alcanzarán estos hechos repudiables para generar la conciencia necesaria entre los colombianos que permita los cambios en la clase dirigente colombiana?

Estos hechos son verdaderamente impresionantes. En Reficar estamos hablando de 5 mil millones de dólares. En Odebrech de 6 o 7 millones de dólares. Esta es la oportunidad para que los colombianos revisen lo que está pasando y tome decisiones frente a quienes deben estar en los espacios del poder del Estado (Cámara, Senado) y por supuesto qué presidente se elige en las próximas elecciones. Qué grupo va a ejercer un control político real en las alcaldías, en las gobernaciones, en la Presidencia de la república. ¿Pero si elegimos un presidente que va a tener cooptado el congreso, un gobernador que va a tener cooptada la asamblea, o un alcalde que va a tener cooptado el Concejo?

En gobernante debe tener un corporación que le ayude y que cuando vea que está pasando esa línea roja que no debe pasar, haga el control político y que estén ahí, pero no porque le van a dar un contrato.

Lo que está pasando con Reficar, odebrech, el ex fiscal, y con toda esta corrupción, es bueno que el país lo sepa y que lo sepa ahora, de cara a las elecciones. Y ahí vuelvo y repito: ¿dónde está la posibilidad de cambiar esto? En las manos de la persona de a pie, el taxista, el conductor del bus, el empresario, la señora ama de casa.

Pienso que esto que está pasando es bueno para que sacuda el país. Ya la decisión es nuestra si reproducimos el modelo, o lo empeoramos.


Del Quindío se van muchos votos en todas las elecciones. 33 mil decía usted ahora en el caso de la campaña pasada al senado. Pero también hay candidatos que sin ser de acá ahora se quieren presentar como del Quindío. No conocen la realidad del departamento, no la sienten, no la viven y sin embargo su poder económico los lleva a aspirar.

¿Cómo salirle al paso a estos intrusos y que los quindianos sepan elegir candidatos que conozcan la región, sus problemáticas y que puedan valorar eso por encima de otras consideraciones? ¿Su campaña va a hacer ese tipo de pedagogía?


Sí. Lo que hemos hablado con todo el equipo de trabajo es que deberíamos votar por un candidato quindiano para el senado, una persona que le duela el departamento, que conozca el departamento, que sea nuestro y que por supuesto haga el trabajo que le corresponde a las funciones de un senador de la república. Lo que pasa es que sí tenemos que tener un buen candidato. No se trata de votar un quindiano porque sí. Yo no voy a votar por un quindiano que esté investigado, que tenga actos de corrupción, porque es quindiano. Espero que al debate electoral lleguen personas con una muy buena hoja de vida, con ganas de trabajar por el Quindío y que sean quindianos, para tener la opción de votar por alguien de aquí.


¿Su aspiración se está perfilando con el aval de un partido político, por firmas, será una coalición?


Desde que comenzamos el proceso, hemos ventilado la posibilidad de que sea por firmas, con una gran coalición, donde halla gente de todos los sectores. Con un eje central: las ganas de hacer algo por el Quindío. El movimiento con que arrancamos este proceso se llama “Todos por el Quindío” porque aquí caben todos: uribistas, antiuribistas. Aquí esa pelea no la podemos dar. Aquí es una pelea frente a las necesidades del departamento. Eso es lo que nosotros hemos querido. Ya se definirá de acuerdo a la dinámica de este proceso si debemos seguir buscando las firmas o tendríamos un aval en particular.

Estamos esperando también la decisión del proyecto de reforma política que se presentó al congreso de la república por Fas Track, porque ahí modifican muchas cosas. Endurece la situación frente a candidatos que se quieran ir por firmas. Entonces vamos a mirar las posibilidades que hay, y qué va a salir del Congreso de la República en esa reforma. Ahí tomaremos decisiones.


Hay una pregunta que usted no me respondió

¿Cómo ve el gobierno del Padre Carlos Eduardo Osorio?


Tengo una excelente relación con el Padre, desde hace muchos años lo conozco, es un gran ser humano. Desde el comienzo he sido crítico de algunas situaciones. Desde el mismo discurso de posesión le dije que nos había quedado debiendo muchas cosas frente a lo que debería ser el futuro del departamento del Quindío.

He sido crítico de algunas situaciones, por ejemplo: de algunas personas que están al interior de su equipo, que yo diría que casi que lo tienen prisionero para tomar algunas decisiones. Pienso que él se debe zafar de eso. Él es un hombre bueno, respetable. El debe dejar estar prisionero de esas personas que no sé con qué intereses le han ido opacando su administración, cuando podría en este momento, ya casi a dos años de su mandato, estar en la cúspide del ejercicio que representa y de lo que yo conozco de Carlos Eduardo Osorio, de lo que yo he vivido de cerca, que es Carlos Eduardo Osorio.

Creo en él, pero a veces uno se rodea de algunas personas en el equipo, que no permiten por intereses particulares de toda índole, que las cosas no avancen como deberían avanzar. Pienso que el Padre Carlos Eduardo todavía está a tiempo de corregir el rumbo en algunas cosas en las que hay que corregirle el rumbo al departamento. Todavía está en deuda con nosotros.


Ya para terminar y agradeciéndole por haber acudido a esta invitación, estamos a nueve meses de las elecciones al Congreso de la República, un congreso cuestionado, con mucho desprestigio ante el país; pero que sin lugar a dudas sigue siendo la instancia para gestionar recursos importantes para la región

¿Por qué los quindianos deberían votar por Fabio Olmedo Palacio Valencia para que los represente en la Cámara?

Quiero que analicen mi hoja de vida que arrancó aquí en Quimbaya. Si creen que mi trayectoria es la de alguien que los representó en el Concejo, en la Asamblea y que podrá representarlos debidamente en la Cámara de Representantes, denme esa oportunidad. Lo pido con respeto y humildad. Yo sé moverme, yo sé trabajar, me duele esta región, me duele mi pueblo. Para mí es un escenario natural el Congreso. Me gusta hacerlo, porque para esto hay que tener vocación y sé que puedo representarlos muy bien en el Congreso.


Muchas gracias doctor Fabio Olmedo.

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