Por: Luis Fernando Rojas R

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Maryuri Orozco Motato es la menor de una familia humilde y sencilla, compuesta por cuatro hermanos, su padre Erneli Orozco, caleño, de profesión maestro de construcción y su madre, Marina Motato, riosuceña, una mujer dedicada a los quehaceres del hogar.

Nació en Montenegro, pero ha vivido 22 de sus 23 años en Quimbaya. Estudio su primaria y secundaria en la Institución Educativa Mercadotecnia, actualmente cursa sexto semestre de Tecnología Agropecuaria en la universidad del Quindío, carrera en la que aspira a graduarse en 2018.

Mientras cursaba su 6º grado, el docente de educación física Vicente Eliecer Medina, (quien recientemente recibió un merecido reconocimiento del Concejo Municipal de Quimbaya, por su dedicación y aporte en la formación deportiva de varias generaciones de jóvenes quimbayunos) empezó a elaborar unos test, basado en el desempeño de sus estudiantes, para determinar las fortalezas de cada uno en las distintas disciplinas deportivas. Esa fue la primera preselección. Empezó en atletismo como fondista, pero ahí no le fue muy bien. No obstante su profesor insistió, y para unos juegos intercolegiados, la promovió a entrenar lanzamiento de bala y de disco.

El asunto pintó tan bien, que su mentor la llevo a practicar a la ciudad de Armenia, en la Liga de atletismo del Quindío, donde conoció a su actual entrenador, el profesor Jorge Enrique Beltrán Santiago. “En el primer entrenamiento, luego de los ejercicios rutinarios de calentamiento, el profe me dijo: niña venga para acá, saqué un bastón y vamos a practicar para lanzamiento de martillo. Y ahí empecé yo a hacer lanzamiento de martillo”.

El Lanzamiento de martillo es una prueba de atletismo donde se lanza un objeto denominado martillo, consistente en una bola de metal unida a una empuñadura mediante un cable de acero, resultando vencedor quien lo envíe a mayor distancia. En la categoría masculina forma parte del programa de atletismo en los Juegos Olímpicos de París desde el año 1900. Como prueba femenina es olímpica desde los juegos de Sídney 2000.

En 2010 Maryuri obtiene su primera victoria, en el Campeonato Nacional realizado en la ciudad de Armenia, logrando su primer oro. A partir de ahí fue seleccionada por INDEPORTES Quindío en el equipo de atletas del departamento y los entrenamientos se convirtieron en su forma de vida.

En los años siguientes, participó en todas las copas nacionales de lanzamiento y en los Gran Prix internacionales que se han realizado, destacándose en cada una de las presentaciones. Sus buenos resultados le valieron para ser seleccionada a participar en los Juegos Nacionales 2012 en los que obtuvo el 5º lugar y 2015 donde nuevamente se ubicó en el puesto 5º con 54,97 m. En 2016 fue bronce en la Copa de Lanzamiento realizada en Bogotá con un lanzamiento de 52,72 m., y este año 2017, viene de ganar presea de plata en la vigésima sexta versión de los Juegos Nacionales Universitarios realizada en el departamento de Boyacá, con un lanzamiento de 61,23 m. Su último y más importante triunfo lo obtuvo recientemente, en los Juegos Bolivarianos que se realizaron del 11 al 25 de noviembre de 2017 en la ciudad de Santa Marta, donde obtuvo la medalla de bronce, al alcanzar un lanzamiento de 61,92 m, derrotando rivales ecuatorianas, chilena, y peruana.

La rutina de entrenamientos es diaria y muy exigente, explica Maryuri. Todos los lunes, miércoles, viernes, sábados y domingos sale de su casa cargada de optimismo y gran convicción de sus capacidades, a sus entrenamientos en Armenia y los martes y jueves lo hace en Quimbaya donde se ejercita en un gimnasio.

Su alimentación ahora, es orientada por una nutricionista de Indeportes. Consiste en una dieta balanceada pero rica en proteínas, que al igual que los suplementos nutricionales especializados, tiene un costo elevado, pero son imprescindibles para contrarrestar el desgaste muscular que se deriva de los fuertes entrenamientos y poder estar en forma para alcanzar el nivel de competición de sus rivales.

“Indeportes me ha ayudado, me dieron un incentivo, ahora para los Bolivarianos, con el que pude comprar mis zapatillas, que son especiales, para poder hacer las prácticas de forma segura; tuve asistencia médica y psicológica y también recibí ayudas ergo-génicas para suplementar mi alimentación” nos contó durante la entrevista que nos concedió, cuando le preguntamos qué tan integral es la formación de los deportistas de alta competición en nuestro departamento.

También le agradece al alcalde Jaime Andrés Pérez Cotrino quien le ha apoyado con los transportes durante todo el año, para desplazarse hacia Armenia, y poder cumplir con sus entrenamientos, y por su gestión para la compra de zapatillas. “Solo espero que ahora que empiezo una nueva fase preparatoria de cara a la programación de 2018, principalmente los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que aspiro a estar, siga recibiendo las ayudas; particularmente necesito los suplementos nutricionales de forma constante, pues las rutinas de entrenamiento serán cada vez más exigentes”.

Con su participación en los Bolivarianos y su medalla de bronce, Maryuri fue incluida en la Selección Colombiana de Atletismo, un paso trascendental, pues ahora no solo representará a Quimbaya y al Quindío, sino a todo el país en certámenes internacionales. Sus aspiraciones están puestas en lo más alto y tienen toda la actitud y convencimiento para lograrlas. Es una joven que irradia ternura y alegría. Cuando le pregunté por lo que han significado sus padres en su carrera deportiva, se le quebró la voz y se le encharcaron los ojos: “Han sido todo, principalmente mi madre, ella se ha sacrificado por mí. Yo le dije que iba a los Bolivarianos a ganar, para dedicarles ese triunfo a ellos, particularmente a ella”.

Sus ojos le volvieron a brillar mientras relataba su odisea en Santa Marta. “Viaje sola porque mi entrenador no pudo estar conmigo en los juegos. Es que la Federación Nacional de Atletismo solo permite a los entrenadores regionales cuando los seleccionados son tres, o mínimo dos, lo cual no fue posible en esta ocasión. Me tocó hacer todo el proceso de acreditación y registro sin conocer prácticamente a nadie. Cuando me entregaron el uniforme oficial de los Juegos Bolivarianos fue increíble, fue una emoción muy grande”

En esta disciplina cada participante tiene seis lanzamientos para buscar su mejor registro. Maryuri estuvo por debajo en sus dos primeros y entró en angustia, pero el entrenador de la selección nacional acudió en su ayuda, se le acercó le habló y le dio ánimo y algunos consejos técnicos. En su tercer intento aseguro su bronce con 61,58 m., luego vino el cuarto en el que volvió  a rebajar con 55 m y luego el quinto que marco su definitivo 61,92 con el que se trajo el bronce.

Ya en el podio recordó sus arduos entrenamientos con el profesor Jorge Enrique, jornadas que se extendían sin importar la lluvia o sol, sacrificios, momentos difíciles, todo ello pasó por su mente mientras escuchaba la voz del presentador que anunciaba una nueva medalla para Colombia y pronunciaba su nombre. “Fue un momento muy emocionante, por lo que significa para mi carrera y por todo el sacrificio, pero valió la pena”.

A las nuevas generaciones de niños y jóvenes que vienen practicando deportes yo les digo que luchen, porque la vida es una lucha. Lo digo porque yo también tuve un bajón muy grande, estuve a punto de renunciar y mi madre y mi entrenador me hicieron recobrar mi capacidad de luchar y fue con tenacidad, disciplina y sacrificio que volví a retomar el rumbo. Así que luchen, crean en sus capacidades, en sus sueños, siempre díganse sí puedo, nunca digan no. Yo gane en los Bolivarianos, porque me soñaba con ese triunfo y estuve siempre convencida de él.

Maryuri Orozco Motato es una atleta quimbayuna en las grandes ligas. Sin duda alguna su espíritu guerrero, su disciplina y sus ansias de triunfo le auguran una brillante carrera deportiva. Gracias por darnos su ejemplo y sus glorias.